Domus pompeiana

Thermae

Las termas



Tras el "prandium" a la hora quinta, una comida ligera a medio día, los romanos acudían a las termas para hacer un descanso a la hora "sexta", siendo este el origen de la "siesta".

En las termas había salas destinadas a desnudarse para usar los baños,el "apodytherium". En ellas había casilleros numerados, de madera o mampostería, donde se guardaba la ropa, quedándose un esclavo para vigilar que no la robaran. Al principio solían estar equipadas con un brasero, pero luego se incorporó el "hypocaustum", un sistema de calefacción por el subsuelo por donde circulaba el aire caliente procedente de las calderas. En algunos casos las paredes estaban recorridas por tuberías de arcilla por las que igualmente circulaba aire caliente. En los subterráneos, los esclavos quemaban madera en los "praefurnia", hornos para tal efecto. Aunque parte de esta madera procedía de plantaciones creadas “ad hoc”, esta forma de caldear, que estaba funcionando todo el día, acabó con la deforestación de algunos bosques.

Las termas contaban con un "caldarium" (sala para el baño caliente) donde había un gran "labrum", pila de agua, para refrescarse. Un tepidarium (sala templada), un "frigidarium" (baño frío) y un "laconicum" (sala de vapor), además de una "latrina" (letrina) comunitaria. También contaba con una "natatio" o piscina en el exterior.

Antes de iniciar los baños los romanos solían ir a la palestra para realizar ejercicio físico, juego de pelota o lucha, para la cual se untaban de aceite. Previo a meterse en el baño se limpiaban la piel rascándola con un "strigilis", una tira curva de metal con una acanaladura central donde se depositaban las impurezas que se rascaban. Se ayudaban de esponjas y de un trozo de piedra pómez.
Tras los baños podían disfrutar de la lectura en la "bibliotheca", contemplar las obras de arte expuestas, charlar e incluso comer algo.

Pese a la existencia de numerosos "balnea" (baños) públicos, en la época imperial se dotó a la domus de baños privados debido a la tendencia a la intimidad, entendida no como pudor, sino como dignidad, para no mezclarse con la turba. Cuando se invitaba a cenar a los amigos, estaba incluido el baño, que se hacía en grupo, así como las necesidades excretoras. La higiene era un acto social.
Además de su uso higiénico, los baños se realizaban por prescripción facultativa para calmar los nervios y los desmayos.